jueves, 14 de marzo de 2013

cuidado


Y no es que no supiera
que el amor es así,
tan terriblemente azaroso
y virulento.
No es que no supiera
que en el amor se debe
andar con cuidado,
de puntillas,

deambular en él con la
gracia de un insecto,
distraerse de sus misterios,
inhibir todo rastro de
curiosidad felina
para no sacudirlo
de su agudo letargo.


El amor es la razón que duerme.


Es el díscolo de la lógica,
el eterno sinsentido que
provoca y desorbita,
la trampa más ingenua,
la moneda más leonina.

Es la entrega suspicaz
de un eterno beso aleve,
la única y primitiva causa.
El motivo.


hace unos años que no recordaba este poema.

cuidado hay un búfalo recordando

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