lunes, 19 de abril de 2010

Cap. 02


El primer vuelo.

La primera vez siempre es difícil, nunca se olvida y la verdad es que el miedo o la emoción de ese instante congelado duraran en tu cabeza por toda la vida… así que no lo dejes encerrado en un cajón, esperando a que le abras y pueda salir corriendo, al contrario, déjalo libre, corriendo por la casa permitiéndole revivir ese instante, ese segundo, esa caída libre… déjalo estremecerte cada vez que batas las alas recordándote la emoción de ese primer vuelo.

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A “ella” mis noches purpuras fueron tuyas.

Ya ha pasado un tiempo, sanar no ha sido fácil, eso de recibir cubetadas de agua fría no siempre es cosa fácil y menos cuando estaba en pleno vuelo… pero bueno, el final de esta historia no es lo que importa acá, sino el principio y es que de por si todo empezó en las alturas (literalmente)…

Ya era tarde, el calor nos quemaba las cabezas sin ninguna piedad y ya había caminado largo rato pensando en lo que ella hacía, en mis gestos, sus movimientos, lo que diría... en mi ridículo plan… ese que termino a la deriva del viento a más de 183 metros de altura y que según yo recordaría paso por paso llegado el momento… en verdad soy ingenuo (aun hoy recordarlo me saca una sonrisa). Tome su mano y me detuve un momento, debía saber a dónde me dirigía, ya eran casi las 2 de la tarde… y aun mi cabeza ardía de locura (puto sol), quería alejarme de toda esa gente, necesitaba respirar… continuamos la caminata que sin rumbo termino en la cima de la torre Latino (damn, amo el viento de ese lugar). Ahí empezó todo, entre los arrebatos de mis cronopios alocados por el calor y el frio viento que los golpeaba para dejarme en paz; quería hablar pero no podía, quería respirar pero el corazón no me dejaba, quería tranquilidad pero estaba muy muy lejos de ella ¿Qué podía hacer?, aun no sé con certeza qué paso, llevaba hora y media parado con mucho que decir y sin nada que poder hacer… así que no hubo palabras, no hubo planes, ni estratagemas, solo un beso, un beso y el viento, un beso y el silencio, un beso y el primer vuelo…


El primer vuelo, aquel que empezó con un beso sigue aquí, corriendo por la casa, pintando paredes y cantando feliz por las mañanas, bailando por las tardes y sonriendo mientras construye castillos por la noche, gracias… porque sé que puedo dejarte libre y ser feliz, recordarte y vivir de nuevo aquel momento, ese momento en el tiempo, cuando se revoluciono la maquinaria, la sangre revoloteo y se abrieron las alas para lanzarme al vacío y disfrutar del vuelo…

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Van – Desde una torre muy alta llenando de combustible el barco... porque quiere llegar a la copa de unos árboles en la cima del cielo.

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